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COLECCIÓN SEDICIONES

 

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"Principios elementales de la propaganda de guerra"

Anne Morelli

 

Nº de páginas: 158
PVP: 6 ¬


Comentarios sobre la obra

DOS TEXTOS PARA UNA MISMA REALIDAD

¿Y si ocurriera que, en realidad y aunque no nos percatásemos de ello, estamos sometidos a una permanente propaganda de guerra que, en todas las cuestiones de nuestra vida cotidiana nos dice no sólo lo que tenemos que hacer y pensar, sino también lo que tenemos que sentir, padecer y gozar? ¿Y si ocurriera que esa propaganda diaria de guerra fuera tan perfecta, sutil, adaptable y flexible que no se percibiese a simple vista, o sea fuera invisible e imperceptible en sus formas pero no en su contenido y menos aún en sus efectos inhumanos? ¿Y si ocurriera que, por poner un ejemplo, esa invisible propaganda diaria de guerra ha logrado también, como en otros muchos casos, hacernos creer que no ha existido el uso militar del uranio empobrecido como, según juran y perjuran los EE.UU nunca ha existido la guerra biológica contra la agricultura y la economía cubana? ¿Y si ocurriera que no sólo se trata de la ocultación del empleo del uranio empobrecido sino también de la ocultación de experimentos en vivo de potentísimas drogas con humanos vagabundos para poder aplicarlas luego en defensa del estado y de su democracia? ¿Y si resultara que....? Estas y otras muchas interrogantes me he hecho yo mientras leía dos excelentes libritos de bolsillo, de esos que usábamos antes y que ahora apenas existen, y que analizan dos cuestiones en apariencia muy distantes entre sí pero muy relacionadas en la realidad. Porque ¿qué tiene que ver la propaganda de guerra con el uranio empobrecido?

A simple vista, nada o muy poco, tan poco como que la OTAN anda de por medio. Y cuando digo que es poco el que la OTAN ande de por medio es que en mí ya ha hecho efecto la propaganda de guerra de la OTAN pues uno de sus objetivos es precisamente ese, el de reducir la OTAN, esa máquina de muerte y opresión, a una nadería o pero aún, a un "instrumento de defensa de la paz y de la democracia". Sin embargo, hay más que eso, pues una de las conexiones entre ambos temas --la propaganda de guerra y el uranio empobrecido-- es el papel de la prensa, de los gabinetes de prensa de los ejércitos y gobiernos, de las grandes corporaciones del complejo industrial-militar, Estos y otros poderes mienten con bellaquería y cinismo para ocultar dichas relaciones. Pero el problema es más serio e inquietante porque quien usa uranio empobrecido y otras armas de nueva o vieja tecnología -recordemos que los EEUU han anunciado el reinicio de la guerra biológica además de la guerra de las galaxias- es también capaz de emplear otros recursos letales o destructivos a diversa escala y selección de objetivos.

En resumen y para acabar, de entre las muchas que he sacado de ambos libritos excelentes sólo puedo citar dos: una, es que del enemigo hay que esperar siempre lo peor y por tanto hay que prepararse para ello. La razón es muy simple pero demoledora y consiste en que por debajo de los cambios, añadidos y mejoras en sus sistemas de brutalidad y agresión, lo que los estructura y guía, es una lógica implacable que ya fue enunciada y desarrollada con mucha antelación, y que posteriormente ha sido mejorada pero nunca negada ni abandonada. Esa lógica aparece en el librito "Principios elementales de la propaganda de guerra", maravilloso texto de actualidad innegable. La otra es que a pesar de todos sus esfuerzos, gastos e inversiones multimillonarias en nuevas tecnologías de muerte, no consiguen acabar con la vida, con la crítica científica y objetiva, con la práctica democrática y revolucionaria. Esa lección imprescindible aparece en el librito "El uranio empobrecido", un ágil y vibrante texto que nos remite a la constante humana de no aceptar la opresión.

IÑAKI GIL DE SAN VICENTE

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15 de octubre de 2002
Pascual Serrano, Rebelión

"Principios elementales de la propaganda guerra" de Anne Morelli editado por Editorial Hiru

Cómo convencer de la barbarie

Cuando era niño y en el colegio nos enseñaban la historia de la humanidad plagada de trágicas y devastadoras guerras, me preguntaba cómo era posible que dos sociedades llegaran a dirimir sus diferencias de ese modo y no se les ocurría otra vía que no fuera a través del dolor y la muerte. Por ejemplo una partida de parchís o de ajedrez, que decidiese cuál de las dos partes vencía y cuál perdía. De ese modo ?pensaba yo-, cualquiera de las dos partes siempre saldría mejor parada, en pérdidas humanas y materiales, que con una guerra.

Evidentemente, esa ocurrencia sólo puede salir de la candidez de una mente infantil. Una mente que ya es capaz de calibrar la tragedia de las guerras pero, en cambio, aún no ha sido convenientemente "trabajada" por los mecanismos y métodos con los que los gobernantes y poderosos preparan a los ciudadanos para arrastrar a sus países a los campos de batalla.

La breve pero contundente obra "Principios elementales de la propaganda de guerra", de Anne Morelli, nos explica esos mecanismos. Quizás hace siglos no resultaban tan requeribles, pero en la era moderna se hace más o menos necesario ganarse el apoyo de la ciudadanía para iniciar o incorporarse a una guerra.

La estructura de este ensayo se basa en los diez "mandamientos" que Arthur Ponsoby, un aristócrata pacifista y librepensador británico, publicó en 1928 y que venían a ser los mecanismos básicos de la propaganda de guerra. Anne Morelli repasa cada uno de esos mandamientos convertidos en capítulos. Entre ellos, la rotunda afirmación previa de que no se desea la guerra, la adjudicación al adversario de la única responsabilidad en la guerra, la demonización del enemigo, el enmascaramiento de los fines reales presentándolos como nobles causas, la descripción de las atrocidades del enemigo frente a los errores involuntarios propios, la acusación del uso de armas no autorizadas por el adversario, el anuncio de pocas bajas propias frente a enormes del enemigo, el recurso del apoyo de artistas e intelectuales a la causa, el carácter sagrado de ésta o la acusación de traidores a quienes ponen en duda la propaganda de guerra.

Morelli repasa cómo se "trabajaron" cada uno de estos "mandamientos" en las dos guerras mundiales anteriormente y en la de Yugoslavia, más recientemente, por los dos bandos. Descubrimos cómo, los dirigentes de cualquiera de los dos frentes, en cualquiera de las guerras, manejan los mismos argumentos y las mismas falsedades para arrastrar a la población a la locura y la muerte.

Pero, lo más grave es descubrir, cómo hoy, vísperas de un previsible ataque a Iraq, podemos ser testigos, una vez más, de la repetición del formato de la mentira que será la antesala de miles de muertos. Sin duda, resulta estremecedor escuchar actualmente cada día en nuestros medios, textualmente, las arengas de Hitler: "Hemos combrobado un recrudecimiento del terrorismo. Así que me he decidido a hablarle a Polonia con su mismo lenguaje". Discurso de Hitler al Reichstag para justificar la invasión a Polonia.

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