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COLECCIÓN LAS OTRAS VOCES

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"Contra los zares españoles"

Alberto Arana
 

Si me pregunto por mi vida, por un hilo conductor de ella, en seguida, irreflexivamente busco un origen y una trayectoria que son de naturaleza política. En el entorno familiar proliferaban comentarios que no tardaron en hacer mella en la educación que el otro entorno, el social y colegial (León y Padres Agustinos), habían imbuido. El choque, aunque yo no lo supiera entonces, estaba escrito y surgió en el terreno de las ciencias naturales, en aquel bachillerato de los años sesenta. Sin casi darnos cuenta, en la clase apareció un pequeño partido de evolucionistas que batía con ardor a los no menos ardorosos creacionistas.
Actualmente (Madrid, 2004, otoño), con cinco décadas a mis espaldas, veo el tiempo transcurrido bajo un prisma generacional. Creo que he pertenecido a aquella oleada que embocó su juventud hacia la política revolucionaria, pensando que las revoluciones las traía el viento de la Historia y que sólo había que maniobrar con algo de pericia y eso sí, mucho tesón. Luego, ante la conciencia del laberinto que es la Historia y que es la vida, un pelotón grande de aquella juventud echó el ancla y comenzó a despreocuparse de lo que no fueran sus asuntos personales.
Poco a poco iba comprendiendo qué era eso del exilio interior (vivir en Madrid y creer que Euskadi estaba en lo cierto) y paulatinamente, año a año, suscripción a suscripción, (Egin, Gara) fui educándome en los entresijos de un movimiento popular vigoroso que echaba un pulso al poder en una sociedad burguesa. Creo que fue el fuerte contraste entre mi entorno y lo que interiormente vivía, lo que me obligó a escribir una tesis, una explicación.
En mi primer libro (El problema español) argumenté lo mejor que pude sobre lo endeble de la narración llamada «Historia de España» y sobre su función de argamasa ideológica para unas clases dominantes que se habían ido forjando en los últimos siglos. Si he contribuido, y creo que sí, a la noble tarea de socavar un discurso reaccionario que oprime y molesta a millones de semejantes, me congratulo y me felicito. Este nuevo libro es la segunda salida; esta vez, más que para desfacer el entuerto de la malhadada «Historia de España», para ir en busca del malandrín que la urdió y encontrallo, y allí donde lo hallare hacerle confesar sus yerros. Bueno, bromas aparte, creo que queda mucho por hacer hasta recuperar todo lo que perdimos en 1939 y que este libro es una aportación a la necesaria configuración de una historiografía antitética a la que desde entonces nos gobierna.

«Entre los historiadores que, en los últimos tiempos, decidieron que la Historia fuera por fin un capítulo de la Verdad -para lo cual es preciso reescribirla-, se encuentra, por sus propios pasos, Alberto Arana, y que hoy aparece de nuevo proponiendo algunas de las bases científicamente necesarias para que se escriba una nueva Historia, como hacen en sus propios territorios grandes autores como Howard Zinn y Michael Parenti.»
(Alfonso Sastre)

Nº de páginas: 242
PVP: 17 ¬

Comentario sobre el libro

La historia reciente de España vista por un vasco
Pascual Serrano. Rebelión, 23 de diciembre de 2004

Según van pasando los años ese tópico de la transición modélica española va siendo progresivamente desmantelado por mentes lúcidas que no se resignan a la historia oficial. Tras “25 años sin Constitución” de Joaquín Navarro, ahora Alberto Arana vuelve a dar un revolcón al oficialismo histórico.
Pero "Contra los zares españoles" es mucho más. A lo largo de casi medio centenar de textos breves el autor de “El problema español” despliega toda su ironía y acidez contra todo tópico viviente: televisión, movida madrileña, monarquía, izquierda institucional, medios de comunicación, cultura oficial...
Sin embargo, es la desmitificación de la transición el eje temático más constante a lo largo del libro. Hasta el punto de que Arana ni siquiera le da el rango de transición y la denomina “segunda corrección”. Su tesis es que durante el franquismo se produce una primera corrección en el periodo 1944-1976 y, tras la muerte del dictador, se inicia la segunda, caracterizada por la consolidación y reforzamiento del “bloque burgués español” y la legitimación del régimen postfranquista denominado democracia. La guinda correctiva para asegurarse que los acontecimientos no se desviaran del guión lo dio el golpe del 23-F, aviso a navegantes que siguieran mostrando veleidades rupturistas.
Hay también algunas incursiones en la política internacional que son de agradecer porque ayudan a ubicar los acontecimientos en un marco más amplio.
Sin embargo, y ahí va mi crítica, la obra está dominada por un, digamos, euskocentrismo, es decir, el esfuerzo intelectual constante por tener como eje histórico al nacionalismo vasco, en cualquiera de sus vertientes. Así como el de situar el “problema español” en el marco del centralismo madrileño. Supongo que el autor está en su derecho, cada testigo de la historia aporta su interpretación desde la atalaya en la que le ha tocado vivirla. No existe por tanto ni una sola historia verdadera, ni una interpretación perfecta. Por eso, para quienes nos sentimos más cerca -geográficamente- de Madrid que de Euskadi, lecturas como la de “Contra los zares españoles” nos pueden ayudar a ponernos en la piel de otros, ejercicio mental siempre saludable.

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